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| “No puede haber pollo si el huevo no se destruye” Judah Loew |
Judah Loew en el SXVI dijo: "No puede haber pollo si el huevo no se destruye". ¿Qué quería decir con esta afirmación?
Esta expresión sugiere que para dar paso al nacimiento de una nueva idea o experiencia, es necesario romper con las estructuras previas y permitir así su desarrollo.
Para que la sabiduría se revele, las formas de nuestro entendimiento, sus límites, tienen que ir cambiando, para dar lugar a nuevas formas de existencia.
(Es como una vasija, cuyos límites se amplían para recibir la sabiduría.)
Con frecuencia, sentimos angustia frente a nuevas situaciones en la vida, como la separación de la pareja, el fallecimiento de un cónyuge, la partida de un hijo de viaje o su mudanza lejos de su ciudad natal y de sus padres. Todos los cambios en la existencia de una persona, tanto los cambios exteriores como los cambios interiores nos impulsan a crecer y adaptarnos.
Todos los cambios en la existencia de una persona, son producto de una idea que ha necesitado romper el cascarón de un entendimiento antiguo para poder surgir… Para que una planta brote, necesita romper la semilla que en potencia la contenía.
Un entendimiento antiguo no debe de anquilosarse, no debe volverse vetusto, al paso de ahogar el desarrollo que palpita dentro. Debe ceder a ser destruido por la idea nueva que clama por revelarse, y dar paso a un cambio en la existencia.
El huevo representa aquello que debemos abandonar: la antigua forma de identidad.
Si el pollo se aferra a su cáscara, permanecerá confinado en ella por siempre. Si el ego hace de la semilla un fortín tal vez se quede momificado y sin vida. Eso representa un desequilibrio del entendimiento, dando lugar a algo inerte: el origen del dogmatismo.
Si el pollo logra romper el huevo (los límites del entendimiento) para salir a la libertad y a los riesgos de la existencia física, ha logrado percibir la sabiduría… Y ésta se manifiesta, creando nuevas formas de entendimiento y de experiencias.
Hay una mente superior que determina la emanación de la vida: en la transformación del huevo a una ave, en la transformación de la semilla a un brote, en la transformación de la oruga a una mariposa….
Al igual, hay una mente superior en el hombre que anhela romper los límites de su propio entendimiento y dar paso a la sabiduría. Todo depende de cómo usemos nuestro libre albedrío.
A veces los cambios vienen de Dios, y son difíciles de aceptar especialmente cuando la mente humana se identifica o rehusa a cambiar. Ello conlleva un sufrimiento muy alto… Comprender que los cambios son necesarios para la construcción del Yo es un desafío para el ser humano.
Estamos aquí para evolucionar. El cambio y la transformación son inherentes a la naturaleza misma del universo. Incluso en la materia más densa vemos ejemplos de transformación a lo largo del tiempo. Las piedras, aunque parezcan estáticas, están sujetas a procesos de erosión y cambio que ocurren a lo largo de miles o incluso millones de años. Esta noción nos recuerda que, como emanaciones del Infinito que somos todos los seres, también estamos en constante proceso de movimiento, cambio y transformación.
(Reflexiones inspiradas por la Escuela de Psicología y Cábala, a cargo del maestro Mario Sabán sobre Biná y Jojmá del Árbol de la Vida. Reflexiones sobre reflexiones)

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