viernes, 28 de febrero de 2025

Cultivar el Entusiasmo, Liberar la Angustia

 


Todos los seres somos fragmentos del Infinito. Aunque a simple vista parezcamos separados, fragmentados por este mundo físico, existe una realidad esencial, más profunda, que lo conecta todo. Esa realidad está oculta detrás de las apariencias, detrás del ruido y de las sombras. Y, cuando no logramos verla, cuando olvidamos esa conexión, podemos sentirnos vacíos, limitados, angustiados.


Pero no debemos quedarnos en la superficie. Para alcanzar esa realidad esencial, para conectar con la luz que yace detrás de las sombras, es necesario un esfuerzo consciente. Este mundo es como una densa capa que debemos atravesar, quitando una a una las capas de oscuridad, para acercarnos cada vez más a la luz que necesitamos. 


Es un proceso infinito. Y aquí está la clave: sin esa luz constante del conocimiento, de la sabiduría, ¿qué sucede? Nos encojemos. Nos volvemos pequeños, limitados, atrapados en la angustia.


¿Cómo penetrar esta realidad en busca de la luz? Hay tres caminos que nos acercan:  


- Estudiar temas que expandan nuestra mente y nuestro espíritu. Porque cuando dejamos de aprender, la vasija que somos se reduce, se estrecha, y perdemos capacidad para recibir.  

- Meditar, porque la meditación aclara nuestros pensamientos, afina nuestra percepción y nos prepara para recibir la luz.  

- Trabajar en nuestros proyectos, y dedicarnos a lo esencial, incluyendo tiempo con nuestra familia y amigos. Porque en el acto de compartir y construir también revelamos la luz.


La vida no es monotonía. Cada día es una oportunidad para renovarnos, para vivir con entusiasmo. Este entusiasmo no aparece por sí solo; es algo que debemos trabajar, cultivar día a día, como una llama que cuidamos con amor.


Cuando mantenemos encendida la llama del entusiasmo, toda angustia comienza a disiparse. La luz de la plenitud entra en nuestra vida, y vivimos con más propósito y felicidad. Este es el poder de estar conectados con el Infinito.


Que la luz del conocimiento disipe las sombras que nos limitan

y expanda nuestra capacidad de recibir, compartir y crecer.

Que caminemos con claridad y sabiduría, alineados con el propósito de nuestra vida.

Que así sea, siempre en armonía con el bien mayor y el propósito divino.


(Reflexionante I-39) 


sábado, 22 de febrero de 2025

Comenzar


A menudo, nos detenemos porque creemos que no tenemos lo suficiente o que no somos lo suficientemente buenos. Pero la verdad es que cada pequeño paso que damos cuenta. Cada acción, por pequeña que parezca, es un paso hacia adelante.


No necesitamos la perfección para empezar. No necesitamos tener todo listo o ser expertos en algo. Lo que necesitamos es empezar. Empezar con lo que tenemos, con lo que sabemos y con lo que podemos hacer.


Cada recurso que tenemos, por pequeño que parezca, es una oportunidad para empezar. Cada paso que damos, guiados por nuestro propósito, es un acto sagrado. Y es en este acto de hacer, de trabajar desde el alma, que nos acercamos a nuestra verdadera esencia.


Pero a menudo, nos dejamos llevar por la duda y la inseguridad. Nos preguntamos si estamos haciendo lo suficiente, si estamos siendo lo suficientemente buenos. Y en ese momento, nos detenemos. Nos detenemos porque creemos que no somos lo suficientemente buenos.


Pero la verdad es que no necesitamos ser perfectos. No necesitamos ser los mejores. Lo que necesitamos es ser auténticos. Ser auténticos en nuestro propósito, en nuestra pasión y en nuestra acción.


Así que no te detengas por lo que crees que falta. No te detengas por la perfección. Empieza con lo que tienes. Haz lo que puedas con lo que tienes ahora. Porque es en el camino, en el acto de hacer, que encontramos nuestra verdadera fuerza y propósito.


Cada acción desde el alma contribuye al proyecto más grande: la manifestación de la luz divina en este mundo.


Divina Luz que guía mi propósito,
hoy agradezco por lo que ya tengo y lo que soy.


Reconozco que el valor de mi obra no está en lo externo,
sino en la intención pura que deposito en cada acción.


Hoy me libero de la espera y del miedo,
y comienzo con lo que tengo en mis manos,
confiando en que mi brillo interior es suficiente
para transformar lo pequeño en grande
y lo ordinario en sagrado.


Permíteme avanzar con dedicación,
pulir la luz de mi alma en el camino
y manifestar el propósito divino
que me conecta con la plenitud.


Así es, así será. Siempre en armonía con el plan divino.


(Reflexionante I-38)

miércoles, 12 de febrero de 2025

Imperfecciones. Desequilibrios



El universo está en constante movimiento. Todo a nuestro alrededor evoluciona, se expande y crece. ¿Y qué nos dice esto? Que la vida misma, tal como la conocemos, es un proceso de aprendizaje constante.

Y qué tal si nuestros desequilibrios no fueran errores, sino puertas abiertas a nuevas posibilidades? ¿Qué tal si en esas imperfecciones se escondiera la chispa divina, un llamado a expandirnos más allá de nuestros límites? Quizás esas partes de nosotros que juzgamos son, en realidad, los medios por los cuales Dios, la Fuente, experimenta, aprende y evoluciona a través de nosotros

¿Y si la imperfección fuera el motor del cosmos? No un obstáculo, sino el impulso hacia el crecimiento. Porque Si todo fuera perfecto, estático, ¿qué sentido tendría la existencia? La vida misma tiene sentido porque hay algo que descubrir, algo que mejorar, algo que alcanzar, algo qué desarrollar.

Esto significa que no estamos solos en nuestro camino de crecimiento. Somos parte de una gran red, un entramado vivo donde cada uno de nosotros juega un papel único. Nuestro esfuerzo, por pequeño que parezca, no es aislado. Somos canales de la divinidad. Cada acción, cada decisión, contribuye a este maravilloso proyecto universal.

¿Qué tal si miráramos nuestros desequilibrios con nuevos ojos? En cada acto de transformación, nos acercamos más a nuestro propósito, y a la vez, ayudamos al universo mismo a desplegar su grandeza.

Que cada paso que des en este camino te acerque a tu rectificación, y que tu vida sea un reflejo del aprendizaje y la expansión del cosmos.

Que el amor, la voluntad y la fuerza se manifiesten a través de ti, que sea un medio para perfeccionar, para elevar, para contribuir al proyecto mayor del universo.

Hoy permite que tus acciones se alineen con la misión de tu alma, y te abras a recibir la guía y la sabiduría necesarias para cumplirla. Que encuentres paz, propósito y plenitud. 

Así sea, siempre en armonía con el plan divino.


(Reflexionante I-37)